Para empezar, justo después de votar, la Isla Grande; frente a Río de Janeiro en una espectacular visita organizada por mi sobrino argentino. Toda mi familia; o casi toda. Un solo inconveniente: sin noticias de tu entorno chilensis; apenas el resultado electoral y algunas reacciones elementales de los grupos en competencia.-

Mi cuñado argentino, Silvio Kovalskys, con considerable experiencia política y funcionaria, en importante cargo en el Gobierno de Alfonsín, cuando le comenté las pretensiones del candidato de la derecha en Chile, me dijo: “Decile a Piñera: “andá a cantarle a Gardel.”

“Una primera ronda que da de ganadora a la Dra. Bachelet por más de 20 puntos sobre el segundo, difícilmente podrá ser revertida por muchos números que se pongan al frente en aritmética y dinero. Ya lo verás”.

En el avión de regreso, (con dos horas de atraso, dos maletas rotas y una descerrajada), ávido de información, leo –lo que no hago nunca- el único diario que nos entrega la LAN, “La Tercera”. (¿Habrá algún candidato que tenga acciones en esa prensa?).- Yo pido el diario Siete y las azafatas me miran incrédulas; entonces mi nieto, Sebastián Oksenberg (12 años) dice: Tu línea aérea vale callampa, Piñera!

En La Tercera se diseña un réquiem periodístico y político para la candidata triunfante. Artículos van y artículos vienen, análisis que van y vienen y todos apuntan al triunfo del segundo que obtuvo 25,5 puntos, contra los casi 46 que obtuvo la Dra. a quien ahora sepultan.-

El fundamento parece ser lo que declara Sergio Onofre Jarpa de triste memoria para los que vivimos de verdad la Dictadura (“la misma que no hay mencionar porque ahora los problemas son otros”) ....“Hay que votar por quien sea; -dice Jarpa- con tal que nos aleje de todo lo que pueda oler a socialdemocracia, izquierda, marxismo, UP, régimen popular....¡hay que votar por cualquiera.... hasta por Piñera...!"

Le faltó agregar que en caso contrario, sacará 18 mil soldados a la calle! ¿Se acuerdan?

Votar No, después de 17 años de aceptar el Sí, tiene su gracia. Pero no tanta. Postular el humanismo cristiano y andar del brazo y por la calle con Lavín, Novoa y Cía., es una fantasía interesante, pero peligrosa; ser simpático, épico, pedir prestado el lenguaje y algo del pensamiento de Neruda, es hábil, pero obvio y, en definitiva, una osadía político-literaria.

“Pero lo que un hombre toma de la atmósfera de su época se incorpora a su sangre, perdura en él y ya no se puede eliminar”.

La verdad es aquello que se niega a morir. Esta es una medición que no sólo sirve para evaluar el arte. Y en política lo que se niega a morir es claro y preciso: Las marcas del horror que desataron los golpistas durante 17 años, la historia de los muertos cuyos cadáveres aún no aparecen; los silencios vacilantes de los heridos de mil torturas y vejámenes de todo tipo y la ira frente a la impunidad de que gozan la mayoría de los verdugos. Se niega a morir la imagen del Presidente mártir.

Nada importan las evocaciones políticas que realizan diversos personajes políticos, relativas a la historia de nuestro país; lo que pasó en la UP o durante la época de Frei Montalva, Alesssandri, Marmaduque Grove o Bernardo O’Higgins. Lo que hoy se niega a morir y determina, nos guste o no, nuestra inclinación electoral, es el rechazo al horror de lo ocurrido en nuestro siglo (XX).

Desde la Isla grande frente a Río y en el regreso a Santiago, frente al Mapocho.

Nissim Sharim