Hace pocos días recibí una opinión casi monosilábica, pero de una tremenda expresividad y elogio para los que trabajamos en ella. Se trataba de un espectador calificado, periodista amigo que después de una función de la obra teatral “Okupación” se acercó a nosotros y con mucha emoción nos dijo: “Esta obra es importante porque contiene las cosas que ya no están”

Las cosas que ya no están no son las cosas que se prohiben, pues la prohibición no mata las ideas ni los sentimientos. Las cosas que ya no están son las que se mueren en el ideario y corazón de aquellos que realmente las sintieron y vivieron como auténticas.-

El general Pinochet no fue capaz de terminar con las utopías del socialismo, con las aspiraciones del hombre nuevo, con la aspiración de un desarrollo más humano, con las aspiraciones de igualdad, de justicia y solidaridad; aún cuando terminó con la vida de miles de personas adscritas a esas cosas.-

Sin embargo “el realismo excesivo”, la resignación, la falsa renovación política y la hiperbolización en la búsqueda “del equilibrio”, sí pueden
fabricar el espacio para añorar las cosas que ya no están.

El mundo que necesitamos no es menos real que el que tenemos y estamos obligados a aceptar.- Y no sólo tenemos derecho sino que también la obligación de mirar el mundo como uno quiere que sea y no como es..

El mundo que necesitamos no es una torre enterrada; hay en el fondo de nuestras carencias la sensación cierta que necesitamos un mundo que transforme la vida; que la haga más hermosa, más noble, más amable, más sensible, más bella, más verdadera; que nos permita descubrir que las pulsiones naturales apuntan hacia eso y anteponerlas a aquellas que apuntan hacia la indignidad y malignidad.

Mucho se ha comentado sobre la comparecencia televisiva que tuvieron los cuatro candidatos a la Presidencia de la República. Se trataron temas de indudable interés para Chile y los chilenos: la desigualdad, la delincuencia, la concentración de la riqueza, la previsión, las relaciones exteriores, etc. Pero más allá de nuestras simpatías o preferencias políticas, de nuestros escepticismos que llevan a algunos analistas a calificar los ideales como payasadas cantinflescas, la verdad es que el interés de los observadores sólo se incentivó cuando aparecieron los temas o motivos relacionados con las utopías; de ahí la aprobación que tirios y troyanos le reconocen principalmente a la intervención de Tomás Hirsch.

Inventar la verdad, magistral definición de la actividad artística, contiene una gran tentación: proyectarla al resto del plano social para lograr el mundo que soñamos.-

La belleza no sólo nos entrega una gratificación genérica

para el alma y los sentidos, y un rechazo a lo repudiable, sino que también una posibilidad de encontrar la vida con que soñamos

Una expresión que rescata el gran actor Marlon Brando en sus memorias quizá ayude, emocionalmente, a restaurar las cosas que ya no están: seychel , expresión judaica que en idisch quiere decir:

Perseguir el conocimiento y dejar el mundo convertido en algo mejor de lo que era cuando llegamos a él....

Nissim Sharim