Estimado Jorge:

¿Cómo estás? Hace mucho que no tenemos
oportunidad de intercambiar ideas: Me alegró enterarme de tu designación como embajador de nuestro país en Francia. Un representante de lujo.-

Leí -como de costumbre- tu último artículo de la Segunda de fecha 7 del presente mes en el que haces un extenso recuento de algunas de las barbaridades que se han cometido en el Mundo, en particular en aquellos países que se han autoasignado el título de socialistas.

Finalizas la página con una nota extensa en la que creo estoy -o al menos así lo sentí- implicado o aludido. Formulas un llamado a revisarlo todo como única manera de construir nuevas ilusiones, actuales, vigentes, posibles, modernas y sin embargo el foco de tu revisión está puesto solamente sobre el grotesco y las barbaridades cometidas por aquellos que dijeron intentar el cambio. Ninguna alusión, ni la más leve, para aquellos que durante 17 años, a sangre y fuego, intentaron preservar el status de injusticia y oprobio en nuestra patria.

Cuando yo era niño tuve la suerte de tener maestros que me inculcaron que el mundo debía regularse a través de la inteligencia, la sensibilidad y la solidaridad. Después vinieron las bofetadas y los campeones de las palizas que han querido demostrarnos que la regulación del universo se realiza a través de la fuerza. Sin embargo nunca renuncié a la ilusión de mis maestros.

Acepto que hubo una época en que nuestros ideales de la“Escuela de Derecho y el Parque Forestal” nos crearon un atesoramiento unilateral. Estuvimos dispuestos a creer y aceptar que los horrores acaecidos en el llamado campo socialista eran sólo la consecuencia lógica de los desmanes, arbitrios y abusos del campo capitalista y que, por lo tanto, no eran horrores.

Pero, a pesar del desgarro de las ilusiones perdidas, no hay paralización de la inteligencia. Hay un empeño en no renunciar a la búsqueda de un Universo mejor. El grotesco de la condena del entrenador coreano y de tantos crímenes del stalinismo tiene su correlato en los intentos indisimulados de miembros de los partidos de derecha que sustentan a nuestro actual Gobierno, para concederle indultos a los militares criminales y enorgullecerse de las violaciones a los derechos humanos del Gobierno de Pinochet. Es importante que la inteligencia no se paralice; pero tampoco se puede permitir la parálisis de los sentimientos y la sensibilidad.

En el año 1988 tuviste el amistoso gesto de escribir un pequeño prólogo para mi primer libro “Dar la Cara”. Cito sólo unas líneas: “ Nissim Sharim pertenece a la minoría, felizmente amplia, que no se ha resignado....y agregas: “hay un punto en el que estoy y estaré siempre de acuerdo: nada puede justificar el crimen político, la tortura, los detenidos desaparecidos”. “La voz de Nissim Sharim, agregas, es de esas voces que vienen a refrescarnos a cada rato la memoria en estos espinudos asuntos. Alguien tiene que hacerlo.... Para que aprendamos en este país (el nuestro) a mirar la verdad de frente, con madurez, con integridad, sin rabietas absurdas y sin constantes amenazas.....” (implícito: sin que ello nos convierta en estatuas de sal ni se nos paralice la inteligencia. Lo importante es que tampoco se nos paralicen los sentimientos, la sensibilidad y la memoria).

Lo te que escribí hace un tiempo es similar a lo que te digo ahora. Tener memoria unilateral, es casi no tener memoria. Y no tener memoria es perder identidad. Generar una extraña mirada al Universo; que lejos de construir nuevas ilusiones utiliza la idea de la modernidad para justificar ellucro como propósito fundamental de la existencia y correr un tupido velo. Acudo a Imre Kertèz: “El mundo como narración. El espíritu de esa narración es siempre Auschwitz. ” “La infamia no se puede borrar de nuestra conciencia. La victoria de la malignidad de Auschwitz, nunca tuvo una réplica que disolviera Auschwitz. La guerra simplemente se terminó y con ello se corrió un tupido velo. No existe ni hemos vivido nada que sea una expresa refutación de Auschwitz”...... como tampoco del Holocausto chileno.

A pesar de nuestros desacuerdos sigo pensando que tus posturas son muy respetables y que te has transformado en un lujo político artístico que la derecha chilena no se merece.

Con el afecto de siempre,

Nissim Sharim