70 AÑOS
MEMORIA, RESISTENCIA, TRASCENDENCIA
Nuestra historia
HISTORIA Y TRAYECTORIA DE TEATRO ICTUS
Teatro ICTUS constituye uno de los grupos teatrales con más historia y trayectoria de Latinoamérica, existiendo como tal desde 1955, cuando un grupo de estudiantes de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica (TEUC), se cuestionaba el modelo teatral tradicional chileno. Fue así como Sonia Azócar, Carmen Undurraga, Marina González, Paz Yrarrázabal, Julio Rubio, Julio Retamal, Claudio Di Girolamo, Gabriela Ossa, Irene Domínguez, Mónica Echeverría y el profesor Germán Becker, deciden dejar la escuela y formar su propia compañía. Con ello, comienzan a sentar las bases de una nueva forma de hacer teatro, dando origen al grupo artístico más revolucionario de la época, Teatro Ictus.
ICTUS nace a partir de la inconformidad, de un profundo cuestionamiento hacia las formas academicistas e inmóviles que imperaban en las escuelas de teatro. Por lo mismo, los primeros años se caracterizaron por la constante búsqueda de una identidad que asentara un trabajo teatral distintivo, elaborando respuestas prácticas a las limitaciones técnicas y a la precariedad material, en un marco de ausencia de referentes teóricos definidos. Esta mezcla de intuición, plasticidad y exploración marca los primeros años de la Compañía Ictus, reconociéndose como “grupo experimental”.
1962 es el año en que el hogar permanente de Ictus vio la luz. La compañía se instaló en su histórica Sala La Comedia, espacio que desde ese momento se convirtió en su base y trinchera. En ese año, se integra, además, quien sería la cabeza de Ictus por más de 50 años, Nissim Sharim. Comienza entonces a desarrollarse un repertorio específico de la mano de las principales figuras de la renovación dramática de posguerra: Harold Pinter, Eugène Ionesco, John Osborne, Shelagh Delaney y Jorge Díaz.
Desde ese momento no hubo vuelta atrás. La incorporación de nuevos integrantes (entre quienes destacó Delfina Guzmán, Jaime Vadell, Shenda Román y Gustavo Meza) refuerza el grupo y sistematiza un trabajo de indagación que encuentra en el humor, la sátira y el absurdo la clave de su teatro: politizar la cotidianidad. En este nuevo contexto, cobra relevancia la necesidad de consolidar un elenco artístico estable comprometido con un estilo de producción propio y atento a lo que ocurría en el entorno, consolidándose, además, una forma única de hacer teatro: la creación colectiva.
ICTUS DURANTE LA DICTADURA
“Tres noches de un sábado” fue la última obra estrenada antes del Golpe de Estado de 1973 y con la que ICTUS pudo resistir los primeros años de la dictadura, manteniéndola casi dos años en cartelera. Desde entonces el rumbo cambió. Se entró en un período en que el trabajo respondió a la rebeldía que se necesitaba para hacer frente a la dictadura. Fue una época contestataria en la que Ictus fue un gran referente y en la que se desarrollaron importantes obras que cuestionaban la situación política y social que se vivía. “Nadie sabe para quién se enoja” , “Pedro, Juan y Diego” y “Lindo país esquina con vista al mar” fueron algunos de los títulos más recordados. En esta década se consolida, además, el trío creador detrás de las grandes producciones de Ictus: Nissim Sharim, Defina Guzmán y Claudio di Girolamo, se mantendrán a la cabeza de Ictus como comité creativo fundamental y gestores de los más grandes proyectos de la compañía.
Ictus fue uno de los pocos espacios artísticos que no fue cerrado durante la Dictadura. Teorías para explicar esto hay varias, pero lo cierto es que fue una época en que el teatro debió reinventarse y hacer frente a esas nuevas circunstancias que vivía el país. Ictus se transformó en un espacio de libertad donde se hablaba de todo aquello que estaba prohibido, era un lugar de verdad y realidad, de encuentro, cuestiones tan simples, pero tan negadas por ese tiempo. El hito que marcó la década, fue la creación de una productora (1981) independiente en la que se trabajaron ficciones y documentales que hablaban de la situación social del país. Este material luego era distribuido en circuitos cerrados alternativos, que buscaban contrarrestar la propaganda oficialista. Fueron creaciones contestatarias que hacían frente al régimen a través del humor, la sátira y la convicción.
Al término de la dictadura las organizaciones extranjeras retiraron de inmediato su ayuda económica, argumentando que el estado democrático chileno debía hacerse cargo de sus artistas. La situación sumergió a Ictus en una grave situación económica, a lo que se sumó una crisis creativa, pues el enemigo común, la dictadura, había desaparecido. Pero el grupo nunca dejó de crear. A pesar de los vaivenes económicos y el escaso respaldo estatal, la compañía siguió encontrando en la contingencia y realidad sociopolítica de Chile, una gran herramienta para generar montajes únicos, en los que el humor y la crítica fueron los principales elementos identitarios.
Nuestros días
ICTUS HOY
Pensar en 1955 y 2025 parece imposible. En siete décadas de existencia Ictus lo ha visto y vivido todo. Lindo país esquina con vista al mar (remontaje), Levántate y corre y Alguien tiene que parar son algunas de las obras que se estrenan entre 2010 y 2014. La necesidad de crear alianzas para producir crece y, gracias a ello, Ictus sigue existiendo como el grupo de teatro más longevo de latinoamérica, con 70 años de vida ininterrumpida.
En 2015, Paula Sharim se instala a la cabeza de Ictus, relevando a su padre Nissim Sharim, quien por motivos de salud debe alejarse de esta función. Este cambio en la gestión ha llevado al teatro a una nueva fase de reinvención y producción de diversos lenguajes, que ha mantenido un equipo artístico estable compuesto hoy por la actriz Emilia Noguera y el actor Nicolás Zárate
Para ICTUS es vital mantener a sus públicos históricos, pero también afirmamos la necesidad de generar sentido en las nuevas audiencias que son la proyección de nuestras memorias y de nuestro futuro. Nos encontramos en un momento clave de la gestión que protege un patrimonio cultural vivo, nuestra Sala La Comedia, penetrando con su historia, presente y futuro, no sólo en sus públicos fidelizados e históricos, sino que también en su barrio, en su comuna, en su país, en grandes y pequeños, en escuelas y en universidades.
La trayectoria de nuestro espacio constituye no sólo una pieza fundamental para la construcción de las memorias de las artes escénicas en Chile, sino que también significa un trozo de la historia de nuestro país. Hoy, mantenemos esa historia, pero proyectamos y afirmamos las memorias como un ejercicio activo y en constante movimiento. Creemos que es fundamental permear a los públicos con estos fragmentos de recuerdos dinámicos, al mismo tiempo que se invita a la proyección hacia el futuro.
Manifiesto ICTUS. 70 años más
PAULA:
Siempre estuve en un espacio propio, allí me crié, en el Ictus. Desfasada de las generaciones que allí habitaban, alimentando un lugar que me era propio y que generaba el desafío de mirar la memoria como un presente activo y motivador.
Las cosas que ya no están, no son un pasado estático, quieto, muerto. Las cosas que ya no están, no son objetos prohibidos, son la real expresión de lo que somos, la materia en la que existimos y creamos.
NICOLÁS:
¿Por qué Teatro?
¿Por qué ir contra la corriente?
¿Por qué volver a retomar día a día lo que sé que va a pasar?
¿Hoy muero?
¿Hoy beso a un personaje?
¿Hoy hablan mal de mí?
¿Hoy me aman?
¿Hoy me dejan?
¿Hoy estoy ebrio y lloro?
Sé perfectamente lo que debo hacer día a día
¿Por qué insistimos,
si ya sabemos?
Sé lo que depara la obra
Sé lo que se cuenta hoy
Sé cómo termina
¿Será esa la razón de fondo?
¿El hecho de saber cuándo me amarán, cuando me dejarán, cuando amaré y cuando moriré?
¿Saber lo que me va a decir esa persona que está frente mío?
¿Ser un poco omnisciente en ese espacio quizás?
Ser exhibido.
Ser exhibido en algo que ya sé qué es … Y al mismo tiempo no lo sé
Quiero asirlo y se me escapa.
Se me escapa el por qué.
Se me escapa del saber
EMILIA:
Luego de 70 años como teatro ictus, hemos logrado sacar en limpio tres conceptos que nos definen: Resistencia, memoria y trascendencia. En ese orden específicamente. Resistencia, memoria y trascendencia.
En el acto de resistir no hay solo sacrificio, como sugiere la palabra, sino que también hay sentido de pertenencia, de familia, de sanidad para el alma, de calma, de amor, de razón para vivir. Resistir nos activa, nos permite ser, nos da identidad, nos hace sentir útiles. Y esto no es siempre un acto consciente, a veces es todo lo contrario, es simplemente una fuerza que nos hace seguir un camino que nos va haciendo sentido con las pequeñas cosas del día a día.
PAULA:
Hacer teatro siempre, la porfía de permanecer y resucitar una y otra vez. Esto es lo que hace que nuestro teatro alegue y se rebele a lo comúnmente establecido. Hoy, junto a los de siempre, a los históricos, somos otros. Somos los que estamos y porfiamos en permanecer.
NICOLÁS:
¿Seguimos acá después de tanto tiempo y aún no sabemos el por qué?
Nos gustaría decir cosas políticas, cosas inteligentes, cosas profundas, cosas pesadas
Y claro que están ahí. Como también lo están las superfluas, las epidérmicas, las leves.
Y aun así no las podemos nombrar.
¿Por qué teatro?
Tantos fantasmas, tantas sombras, tantos padres muertos y madres.
Seguimos aquí. En este acto interminable que se llama resistir.
¿Resistir a qué?
¿A la muerte?
¿Al olvido?
¿Resistir a una sociedad que suicida a sus artistas?
¿O resistir al capitalismo?
¿A la sociedad neoliberal?
Resistir quizás al individualismo…
¿Resistirnos a creer que somos solos y por eso hacemos teatro?
¿Porque quizás sin el otro no existimos? ¿Como en el mundo?
¿O quizás resistir para decirle al mundo que solos no somos nada?
¿Nos olvidamos también de esto?
PAULA:
También algo desfasada de generaciones, vivo y respiro en mis nuevos compañeros, a los que no he necesitado transmitir nada, solo compartir este loco afán de crear.
Creo que la vida del Ictus ha pasado también por mis manos, y mientras ello siga ocurriendo, en este lugar habrá siempre desfases y diferencias, este lugar siempre generará nuevas expresiones, este lugar será siempre un espacio de libertad.
EMILIA:
Resistir es una palabra mucho menos grandilocuente de lo que parece, pues resistir tiene que ver con el cotidiano y con el oficio. Es una acción que adquiere grandeza con el paso de los años, es por eso que a la resistencia se nos une la memoria. Porque si no hacemos el ejercicio de memoria, el acto de resistir queda en las pequeñas cosas y no adquiere el porte que merece para la historia, para nuestra historia. Sin el ejercicio de memoria, la resistencia no alcanza su grandeza. Resistencia y memoria se unen por esa razón, para darle al cotidiano el porte que merece con el tiempo. Porque es en el cotidiano en el que se arma una familia, una amistad, un amor, una obra de teatro, un colectivo, una compañía, pero es en el tiempo que se hace grande lo que nos mueve día a día, que no es más que las ganas y la voluntad de vernos, de juntarnos a crear, a inventar historias, a encontrar el modo de narrarlas, a entretener, a hacer reflexionar, a proponerle al público que mezcle su biografía con la nuestra, a invitarlos a pensar con nosotros, a ponerle una estética a tal o cual mundo de ficción, a hacer un acto de memoria para darle a la palabra resistencia el porte que merece.
NICOLÁS:
Resistir, Resistir, Resistir.
¿Por qué? ¿Para qué?
¿Por qué hacer algo que es supuestamente una ficción, siendo que en la vida las ficciones y fantasías están ganando cada vez más terreno?
Las post verdades
La tierra plana
Pinochet estadista
Las religiones
Los nuevos fascistas
Quizás el teatro deba hacer lo contrario. Quizás llegó la hora que el teatro deba decir verdades más que ficciones. Contar las cosas como fueron. No olvidarnos del pasado y tergiversar la historia… dejar las ficciones y volver a las verdades
¿Por qué teatro?
¿Será por todo esto?
Indefinible
Pero sabemos algo certero. Seguiremos resistiendo, seguiremos aquí.
EMILIA:
También resistimos porque es natural. Y con esto no estamos diciendo que sea fácil. Resistir está lleno de dificultades, de obstáculos, de tropiezos, de pérdidas y sacrificios. Resistir nos duele en el camino. Pero es la memoria la que sana esas heridas. Es la memoria que le da sentido a ese camino. Y es aquí cuando entra una tercera palabra para completar la triada: trascendencia. Porque el ejercicio de memoria no solo le da sentido a nuestra resistencia, sino que nos da la tan necesaria trascendencia. Así como la trascendencia que le damos a una persona cuando muere y hablamos sobre ella en su funeral. Basta que alguien la recuerde, que le dé el mérito de haber vivido, para que esa persona trascienda. Al igual que en el teatro necesitamos un público que le dé sentido a lo que estamos haciendo, un público que sea nuestro testigo. Entonces: resistencia, memoria y trascendencia. Tres palabras, tres acciones, tres razones para seguir, tres razones para vivir.
PAULA:
Son setenta años de hacer resistencia, generar memoria y lograr trascendencia. Son setenta años de brindar un lugar a quienes quieren hacer lo mismo que nosotros. Un lugar en donde quienes participan pueden reconocer la historia y hacerse parte de ella. Setenta años de generar un espacio para que se haga posible el colectivo, para compartir nuestro oficio con creadores y testigos.+
Sala Virtual
La Sala Virtual de Teatro Ictus, pone a disposición de visitantes e investigadores el patrimonio artístico de la compañía, forjado en sus 70 años de existencia.
Se reúnen aquí registros en diversos formatos que permiten reconstruir la historia artística del grupo, sus obras, y su relación con el público. Este repositorio se define como una colección abierta en términos de uso y catalogación.
PELÍCULAS Y DOCUMENTALES
Producciones de ficción y no ficción que hablan de la situación social del país durante la dictadura. Este material luego era distribuido en circuitos cerrados alternativos, que buscaban contrarrestar la propaganda oficialista y hacer frente al régimen.
ALGUIEN TIENE QUE PARAR – 2012
Angel Parra, sin pedir perdón – 1989
CANDELARIA – 1981
CARRETE DE VERANO – 1984
CLOTARIO BLEST – 1987
HECHO PENDIENTE – 1984
LA NOCHE DE LOS VOLANTINES – 1989
LA TRISTE E INCREIBLE HISTORIA DEL GENERAL PEÑALOZA Y EL EXILIADO MATELUNA – 1990
LOS PRISIONEROS – 1984
PRIMAVERA CON UNA ESQUINA ROTA – 1984
Regreso – 1984
RESIDENCIA EN LAS NUBES – 1987
TODA UNA VIDA – 1980
TRABAJADORES DE ESTACIÓN – 1988
UNA ENCUESTA – 1982
VIVIENDA Y FAMILIA POPULAR – 1980
ICTUS INFORMA
Todo lo que pasaba en ICTUS y en la escena teatral chilena, reunido en nuestro ICTUS INFORMA, un informativo mensual sobre arte, cultura y, por supuesto, TEATRO.